MOLOCH, EL HITLER MÁS INTIMO
Молох, самый близкий Гитлер
Corría el año
1889 en la lejana y remota Austro-Hungría, uno de los Imperios más poderosos de
centro-Europa en ese momento cuando el mismo día de hoy, el 20 de abril, hace
ciento treinta y tres años, nacía un niño en la fronteriza ciudad de Braunau An Inn.
Hasta aquí,
cualquier persona que me lea podría pensar que se está haciendo una especie de
alegoría al nacimiento de Jesucristo al contar el nacimiento de este temible y
singular personaje histórico de esta forma, pero más allá de la realidad (y
fuera de opiniones políticas las cuales para nada oso tocar tanto en mi pequeña
página como en el resto de mis inactivas redes sociales) lo que se está
haciendo aquí es introducir a mis lectores a una especie de cirugía narrativa
precisamente elaborada por historiadores y artistas del séptimo arte (el cine)
que tratan en su fascinación y aberración humanizar a este repulsivo personaje
que fue uno de los mayores tiranos de la historia, nacido un día como hoy, un
20 de Abril, venía al mundo uno de los hombres más manipuladores y figura más
fascinante de nuestra historia contemporánea, Adolf Hitler.
Como tal mucho
se ha hablado de él, como antes he escrito muchas han sido las películas,
libros (como el mío), series y trabajos de divulgación científica que han
tratado “revivir” a este aberrante personaje.
Nacido en la
actual Austria, Hitler desde pequeño era un niño de ideas fijas, su sueño no
era otro que ser un gran artista reconocido, a pesar de las insistencias de su
padre de heredar su trabajo como inspector de aduanas, a los diecisiete años
viajo a Viena, la capital donde los grandes artistas germanos (y posteriormente
internacionales) nacían, allí, pese a no agradarle mucho la ciudad en la que residió
junto a un amigo, trató de entrar en la afamada escuela de arte mostrando sus
cuadros y dibujos, que para él, eran obras de arte de reconocido aplauso.
Pero fracaso.
La noticia del
magnicidio corrió como la pólvora entre las potencias y monarquías de la época
las cuales vagamente trataron de apaciguar lo que acontecía.
Un mes después,
el 28 de Julio del mismo año se declaraba la guerra a Serbia, el reino del cual
provenía el asesino del Archiduque, y de la misma manera Rusia, el gran coloso
eslavo liderado por el débil Nicolás II fue en su ayuda, también declarando el
conflicto a la vez que el resto de las potencias, Francia, Gran Bretaña y como
no Alemania que fue a socorrer al Imperio Austriaco.
Comenzaba la Gran Guerra, la cual posteriormente paso a ser denominada desgraciadamente como Primera Guerra Mundial (1914-1918) en la cual nuestro protagonista vio un escape a su pobreza. Pero había un problema, y es que a pesar de ser Austriaco el futuro megalómano no se sentía digno de luchar por la patria de una monarquía la cual odiaba, todo lo contrario, si él debía servir a alguien, era a Alemania, que veía como un paraíso repleto de oportunidades.
Así que decidió
como siempre se escapó, logrando cruzar la frontera que separaba a las dos
naciones Germanófilas, llegando a Baviera, en donde se alisto al regimiento de
dicha región, cumpliendo las funciones de Cabo (Gefreiter en alemán) del Ejército. Allí gano varias medallas, pero
tuvo, por desgracia para él, dejar el conflicto a medias ya que quedo ciego
durante un ataque con gas mostaza (catalogada como un arma letal por la Convención
de Ginebra) en la Batalla de Ypres, siendo rápidamente llevado a un hospital
para ser tratado de lo que en aquel entonces se pensaba que era un ataque de
histeria.
Salió de allí
un año más tarde, pudiendo volver a ver, pero dolorido emocionalmente ya que
fue durante estos duros meses que el futuro tirano fue informado un 11 de noviembre
de 1918 de la rendición alemana, acto que hizo al extranjero patriota ponerse a
llorar tanto como si hubiera vuelto a fallecer su madre (la cual murió en
1907).
Tras esto, sin
oficio ni beneficio, encontrándose en el paro, Adolf, quien no se había
desligado del todo del mundo militar fue llamado a ejercer como espía, su
misión, sencilla, ir de cervecería en cervecería apuntando nombres y
direcciones de aquellos movimientos políticos y sus miembros que pudiesen ser
enemigos del nuevo gobierno, la República de Weimar.
De este modo fue que el desempleado cabo logro encontrar su entrada en la política ya que fue durante uno de estos ejercicios de espionaje, en una cervecería bávara de Múnich, el 16 de septiembre de 1919 se unió al denominado Partido Obrero Alemán (en alemán: Deutsche Arbeiterpartei) conocido por sus siglas DAP, del cual se apodero en poco tiempo formando el futuro conocido Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán (en germano: Nationalsozialistische Deutsche Arbeiter Partei, NSDAP) popularmente conocido como Partido Nazi.
Fue que siendo líder supremo de este que trato de realizar un golpe de estado a la República, el 8 de Noviembre de 1923, en el que sería conocido como Putsch de Múnich o de la Cervecería ya que fue en una de estas, la actualmente inexistente Burgerbräukeller, también oriunda de la región de Baviera donde trato de hacerse junto sus compañeros, Heinrich Himmler, Rudolf Hess, el general Ludendorff y el famosísimo héroe de guerra, el aviador Hermann Göring, con el poder siendo detenido y encarcelado.
Como bien se sabe fue en la cárcel donde, gracias a un infinito tiempo libre, escribió su obra más conocida, Mein Kämpf, el Mi Lucha, donde expresaba abiertamente sus ideas racistas y antisemitas junto su visión mundial, era el judío, aquel ser pacífico y trabajador, el culpable de la derrota alemana en la Guerra.
En 1924 salió
del talego, viéndose en la difícil tarea de reconstruir su partido que sin él
se había vuelto caótico, fue durante esta época que conocido a futuros e
importantes miembros como el fracasado escritor Joseph Goebbels, quien sería el
vocero del régimen y a grandes enemigos como los hermanos Strasser, Otto y
Gregor, quienes por muchos años fueron parte del ala izquierdista del Partido.
Con este percal
Hitler trato de resucitar el Nazismo y su movimiento logrando para 1932
presentarse a las elecciones alemanas ganando un gran número de votos y escaños
en el Reichstag (el parlamento alemán) formando, luego de años de lucha, un
gobierno en coalición con el Partido derechista Zentrum, logrando llegar al poder el 30 de enero de 1933.
Hasta aquí todo bien, el resto de la historia ya nos lo sabemos, en el 34 Hitler se volvió Führer (Guía) del Pueblo Alemán, adhiriéndose los máximos poderes en su persona después de la quema del Parlamento, que fue el precedente para sus campañas de persecución política contra los Comunistas y opositores dentro de su partido (búsquese el caso del citado Röhm y las SA). Sabemos también que persiguió a los que consideraba sus enemigos acérrimos, los judíos y que no solo eso, si no que puso en vilo a Europa entera anexando países como Checoslovaquia y Austria (todo esto con el amparo de las potencias occidentales que deseaban evitar una secuela del conflicto de 1914-1918) para más tarde, luego de firmar los Pactos de Múnich iniciar el que sería el conflicto global más sangriento hasta la fecha, la Segunda Guerra Mundial.
Es en este
escenario, en el año 1942, donde se emplazan los hechos de esta obra escrita y
dirigida por el cineasta ruso Aleksandr Sokúrov, el cual abrió con esta
película, la cual tenía el pintoresco título “Moloch” (en ruso: Молох) de 1999, que alude a una antigua
deidad relacionada con el sacrificio de niños, su tetralogía sobre la pérdida
del poder.
Es en esta obra
se nos presenta a un Adolf Hitler (interpretado por el ruso Leonid Mozgovoy)
que junto su comitiva van a pasar un fin de semana a Berchtesgaden, el hogar de
retiro y descanso del dictador, podemos apreciar a un Hitler más realista de lo
natural, apartado de los micrófonos y las farándulas típicas del Nazismo vemos
a un hombre que fuera de ese esplendor se encuentra paranoico, encolerizado y
más aún asustado por el paso de la edad y la idea de envejecer, el tener “Un cuerpo inútil” le aterroriza.
“Es joven y no tiene idea de lo que es una
enfermedad” le espeta a una Eva Braun, interpretada por la actriz rusa
Elena Rufanova, la cual representa en escena magistralmente a la que fue por
muchos años la amante del tirano.
En la película somos presa de los delirios e ideas del monstruo, quien favorece la dieta vegetariana u insinúa invadir Italia después de criticar abiertamente a Mussolini, su homólogo italiano, cuya muerte, apaleado en una plaza en Milán, lo llevaría en 1945 a decidir quitarse la vida.
También durante
la cinta vemos un intento del director por humanizar al Führer no solo mostrándonos
sus miedos e inquietudes si no mostrándonos momentos de suma privacidad como
ver al dictador haciendo de vientre en un lugar a parte de las montañas ajeno a
la vista de sus soldados quienes se quedan impactados al ver a su líder hacer
tal cosa escatológica.
A su vez la
cinta nos muestra la aversión de Hitler hacia las ideas cristianas al momento de
tener una reunión con un sacerdote miembro de una iglesia local quien ruega al
tirano por perdonar a unos reos. Es en esta parte donde Sokúrov realiza una radiografía
impresionante del pensamiento del dictador, ya que vemos, resumida en una
escalofriante cita lo sus opiniones sobre la victoria o fracaso en la guerra:
“Si gano todo el mundo me alabará, y si
pierdo hasta el más insignificante me usará de alfombra” Para Hitler la
idea del repetirse una capitulación lo volvía loco.
Finalmente,
luego de una cena con sus invitados, el ya citado Goebbels y Martin Bormann, el
Secretario privado del Führer, interpretados por Irina Sokolva y Vladimir
Bogdanov respectivamente, apreciamos una escena intima entre Hitler y Braun no
sin antes hacernos participe de una loca persecución entre los dos, que acaba
con Hitler abalanzándose contra Eva mientras ella le llama “Papá Hitler”.
A la mañana
siguiente esta se encuentra fuera de la cama, sola, se viste rápidamente y baja
dirección a la salida donde vemos a un Hitler que está a punto de abandonarla,
este se disculpa y se mete a su vehículo no sin antes decirle a Eva una
reflexión
“Nosotros conquistaremos la muerte” a lo
que Braun le responde;
“Mein Führer, la muerte es inevitable, no
podemos conquistarla”
Tras esto se
marcha, culminando con esta frase premonitora la cinta. Dejándonos la impresión
de haber conocido a un Hitler que como antes he dicho sufre un pesar
apabullante ante la idea de enfermar y envejecer (recordemos que el dictador
padeció de Parkinson en los últimos años de su vida), dejando en su reflexión
final un pequeño acto de rebeldía, ante poniéndose incluso a la biología que
por cierto era de suma importancia para las ideas Nazis.
Como conclusión
cabe señalar que esta cinta ganó cuatro premios del Gremio ruso de críticos de
cine (en ruso: Гильдия Киноведов и кинокритиков России, Gildia
Kinovedov i Kinokritikov Rossii) en 1999, incluyendo premio al mejor actor,
mejor fotografía, mejor actriz y guion y fue elegida como la presentación
oficial de Rusia como Mejor Película en Lengua extranjera durante el 72º
Edición de los Premios de la Academia, no logrando nominación alguna por
desgracia.
Altamente
recomendable para aquellos interesados en contemplar una representación más
realista del dictador y Líder Supremo del Tercer Reich o simplemente si se
quiere ver una película de la Segunda Guerra Mundial alejada de las trincheras
y ya archiconocidas batallas como la de Stalingrado o Londres.
- El Novel Eterno, 20/04/2022.
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REINHARD HEYDRICH, EL MAGNICIO DE UNA BESTIA
Reinhard Heydrich, Attentat gegen ein Tier
¡Hola!, Mis queridos seguidores. ¡He vuelto!, sé que, como
bien informe, iba a estar inactivo (tanto en esta página como en el resto de
mis redes sociales) debido a los exámenes finales de Bachillerato, los cuales,
he de decir con orgullo he logrado superar. Sí caballeros, solo me queda
realizar esa terrible y aterradora cosa llamada Selectividad (o EVAU para los
más quisquillosos) y, si Dios quiere, entrare en la Universidad (creo que cabe
decir que mis lectores sabrán muy bien por el título de este apartado de mi
blog que asignatura pienso cogerme).
Como sea, hoy vengo a escribir y contaros un increíble y súbitamente fascinante hecho histórico que hoy cumple nada más y nada menos que 80 años.
En
efecto, para los más enterados me refiero al atentado que acabó con la vida de
una de las personas más malvadas y creo en mi opinión poco conocidas del Tercer
Reich, uno de los verdugos más prolíferos de la SS (en alemán: Schutzsfaffel o
como se conocen en español, Tropas de Asalto), la milicia privada y élite
política del nazismo, cabecilla y hombre de suma importancia del SD (en alemán:
Sicherheitsdienst), el servicio secreto nazi, director ejecutivo de la RSHA u
Oficina Central de Seguridad del Reich (órgano el cual fusionaba a la temible
Gestapo con el SiPo, KriPo, las policías encargadas de mantener el orden civil
y los asuntos criminales respectivamente y el anterior SD fascistas) y organizador
total de la denominada “Solución Final”, nombre en clave dado a lo que popularmente
conocemos como el Holocausto, el cual se llevó la vida de dieciséis millones de
personas entre su mayoría judíos, homosexuales o gitanos.
Os hablo de Reinhard Heydrich, mano derecha de Heinrich
Himmler y una de las personas (como podéis ver por su retahíla de títulos
citados párrafos arriba) más poderosas e malvadas habidas en la tierra durante
la época de la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Heydrich, hombre de complexión musculosa, rostro inmaculado
y pelo rubio era descrito por sus contemporáneos como “el ario perfecto”, nació
en la ciudad alemana de Halle an der Saale a orillas del río del mismo nombre a
comienzos del siglo pasado, más concretamente el 7 de marzo de 1904. Hijo de un
compositor y cantante operístico el joven Heydrich recibía sucesivas burlas en
su clase debido a su aspecto, ya que, a pesar de su visible “belleza” los niños
de su clase se burlaban de él debido a su nariz, la cual, según la época
(recordemos que durante mitad de siglo el antisemitismo estaba muy poblado por
el mundo y sobre todo por Alemania) parecía la nariz de un judío.
Aficionado a la esgrima, en donde destacaba por su destreza,
Heydrich, como muchos otros antes que él tuvo una fugaz y brillante carrera,
fracasada, como no, en la marina alemana, en la cual sirvió de 1922 a abril de
1931. Año en el cual, movido por su esposa, Lina von Osten, ferviente activista
y aristócrata, se unió al Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, conocido
popularmente como Partido Nazi, el cual llegó al poder en 1933.
Durante esos años Heydrich destaco como primero empleado y
más tarde en agosto de 1931 como Jefe del recién creado servicio de
inteligencia, SD, el cual se encontraba fuertemente vinculado a las SS, lideradas
por un tipo regordete y con una visión poco decente, el Reichsführer-SS
(Comandante de las SS) Heinrich Himmler, quien lo contrato para sus servicios.
Curiosamente, un chiste nazi decía que “El cerebro de
Himmler se llama Heydrich”, así que ya podéis ver lo sumamente importante que
este malévolo personaje era considerado por los demás sádicos y megalómanos nazis,
como el excéntrico Hermann Göring, Mariscal y Líder de la Luttwaffe (la
aviación alemana) u otros como Joseph Goebbels, Ministro de Propaganda Nazi,
rival y uno de los mayores enemigos de Himmler.
Nuestro protagonista poco a poco y con el paso de los años y
la completa instauración del sistema Nacionalsocialista en Alemania fue
cogiendo fuerza tanto en la SD como en el resto de sus funciones anteriormente
citadas. Llegando a ser uno de los organizadores de la archiconocida Kristallnacht (Noche de los Cristales
Rotos) de 1938, donde se persiguieron y atentó contra la vida de miles de judíos
que para aquella época vivían en la Alemania Hitleriana.
A su vez mientras las tensiones entre las naciones de Europa iban aumentando, recordemos que fue en 1938 cuando Hitler invadió Austria realizando el conocido “Anschluss” (es decir la Unión entre Alemania y la ya mencionada Austria, ambas patrias germano parlantes) nuestro protagonista logro mantener su cargo, inclusive conociendo sucesos como el por aquel entonces callada “Gran Purga” (en ruso: Большая чистка) perpetrada por el régimen del tirano Stalin en la URSS, hasta que un año después, luego de la firma del Pacto de Múnich (el cual dejo a Hitler vía libre para absorber a su Gran Reich Alemán la región de los Sudetes en Checoslovaquia) el 1 de septiembre de 1939 estalló, con la invasión alemana de Polonia la Segunda Guerra Mundial, guerra que hasta la fecha ha sido la mayor carnicería de la historia, en la cual, como no, el apodado como “Bestia Rubia” participo, siendo hasta 1941 mayor en las fuerzas aéreas nazis.
Fue en ese mismo año que el mismo Hitler (quien por cierto
apodaba a Heydrich con el sobrenombre de “El Hombre con el Corazón de Hierro”)
lo nombro con el título de Recihsprotektor (en español: Protector Imperial) de
los territorios de Bohemia y Moravia, regiones antaño pertenecidas a
Checoslovaquia, las cuales en la época habían pasado a ser poseídas por la
Alemania Nazi, que no paraba de anexar nuevas naciones, el 27 de septiembre de
1941.
Durante su corto reinado Heydrich y su familia se asentaron
en el Castillo de Praga (en checo: Pražský hrad) en el cual se alojó liderando
y supervisando el exterminio de los judíos y “enemigos” del Estado Nazi que
eran eliminados en los terrenos ocupados, siendo a comienzos de enero de 1942
un actor clave en la Conferencia de Wannsee, donde se estipularon entre otras
cosas la cantidad de judíos que debían ser asesinados.
Como antes he escrito Heydrich tuvo un corto reinado
aterrorizando a las gentes de Praga quienes, al momento de ver su coche pasar
por las carreteras de la ciudad, cambiaban de acera, abriendo totalmente el
paso, temiendo que el Reichsprotektor no
le diera la gana de volarle a alguien la tapa de los sesos.
Fue, en un día como hoy, 27 de mayo de 1942, que a sus
treinta y ocho años de edad Heydrich encontró su final en una curva cerrada ubicada
en el barrio de Libeň, en la cual dos asesinos entrenados para la ocasión, Jan
Kubiš y Josef Gabcík dispararon contra el vehículo, fallando estrepitosamente,
momento en el que uno de estos lanzo una granada contra el coche donde el
Carnicero se hallaba, explotando, dejándolo herido, hallando la muerte poco
después debido a una septicemia, el 4 de junio del mismo año.
Finalmente cabe decir que las consecuencias de su magnicidio
fueron catastróficas ya que no solo los dos héroes que acabaron con la vida del
villano fueron obligados a suicidarse, si no que dos pueblos enteros, Lídice y Ležáky
respectivamente fueron borrados del mapa y sus ciudadanos fusilados en
represalia por el atentado.
- El Novel Eterno, 27/05/2022.
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STAUFFENBERG,
EL HÉROE CAÍDO EN DESGRACIA
Stauffenberg, der gefallene held
Buenas mis Followers, ¿Cómo estáis? Yo espero que fenomenalmente y disfrutando del veranito. Yo por mi parte aquí me encuentro, en mi blog…Bueno vuestro blog, porque, aunque no lo penséis vosotros también formáis parte de él. 😁😁😁
Hoy, como casi siempre suelo hacer en esta sección de mi
página vengo a hablaros de la vida y obra de un singular personaje histórico
que a lo igual que los dos últimos de los que he hablado forma parte de ese estrambótico,
raro y sumamente cruel periodo del siglo pasado conocido como Segunda Guerra
Mundial.
Pero esta vez no vengo a hablaros de un villano. Si no de un héroe cuya memoria perdura hasta nuestros días, 78 años después del evento que lo llevo tanto al estrellato en la historia mundial como a su fatídica muerte a los treinta y seis años de edad.
Os hablo, como bien dice su título del aristócrata, militar,
Coronel del Estado Mayor de la Whermacht
(Oberst im Generalstab) y héroe mundial y nacional de la actual Alemania.
Claus von Stauffenberg, cuyo nombre completo no era otro que Claus Philipp Maria Justinian Schenk Graft (conde) von Stauffenberg quien nació en el municipio de Jetttingen, Baviera en el castillo de su tío, el conde Berthold von Stauffenberg el 15 de noviembre de 1907.
Hijo de los aristócratas Alfred Schenk von Stauffenberg y
Caroline von Üxküll-Gyllenband menor de dos hermanos era en su infancia un
hombre sumamente aficcionado a la lectura y fue educado en Stuttgart hasta que
en 1926, con tan solo 18 años se unió al ejército alemán, llamado por aquella
época Reichswehr. Intelectual desde sus inicios no se opuso al meterorico
ascenso de los nazis, quienes en enero de 1933 tomaron el poder en Alemania
luego que su líder, Hitler fuese nombrado Reichskanzler (Canciller del Imperio)
pariendo, para 1934 aquel periodo oscuro conocido como Gran Reich Alemán o
Tercer Reich.
Sin embargo, la indiferencia de nuestro protagonista cambio tras presenciar las barbaridades sucedidas durante la Noche de los Cristales Rotos (en alemán: Kristallnacht) en 1938, en donde las fuerzas de asalto del Partido, las SS y las SA cometieron todo típo de malvados actos, sabotajes y ataques a los ciudadanos judíos de la Alemania del momento.
Ante esto y ante la fallida intentona de que su cuñada,
la aviadora Melitta Schenk Gräfin von Stauffenberg de ascendencia judía, fuese
internada en un campo de concentración le hicieron que tanto el como el resto
de sus familiares se opusieran a las políticas antisemitas de los nazis.
En septiembre del 33 contrajo matrimonio con la que fue su
mujer, Nina Freiin von Lerchenfeld en Bamberg con la que tuvo cinco retoños.
En 1937 ascendió a capitán de la Whermacht y dos años
después, en 1939, con el estallido de la Segunda Guerra Mundial fue enviado al
frente donde tomo parte en la ocupación nazi de los Sudetes, Polonia y Francia
en 1940, siendo condecorado con la Cruz de Hierro de Primera Clase ese mismo
año.
En 1941 a su vez participo en la campaña militar contra la
Unión Soviética, la Operación Barbarroja, quedando brutalmente horrorizado tras
presenciar las barbaridades que tanto alemanes como soviéticos realizaron en el
Frente Oriental. Fue durante esta época, tras presenciar las brutales matanzas
que las SS cometían contra los judíos huriendos de susodichas tierras, que
debía entrar en la resisitencia activa contra el nazismo, pensamiento que se
fortaleció en 1943, cuando tras la derrota germana en la Batalla de
Stalingrado, dudo (algo que para aquel momento era hasta penado con la muerte)
de las dotes de Hitler, haciéndole, con el resultado en susodicha batalla estar
convencido de que su país sería destruido y perdería el conflicto. Decidido y
tras convertirse en un enemigo acérrimo del régimen de quien era su superior
planeo junto otros conspiradores que más tarde serían los cabecillas de la Operación Valquiria un plan para acabar con la vida del dictador alemán.
El 7 de febrero de 1943, sin embargo, sufrió unas brutales
heridas cuando su vehículo fue atacado por un avión británico cerca de Gafsa en
Túnez haciéndole perder el ojo izquierdo, la mano derecha y los dedos meñique y
anular de la mano izquierda.
A sus 36 años fue nombrado coronel, cargo que le hizo tener acceso a las reuniones del comité de operaciones militares que Hitler mismo presidia. Paralelamente también se unió al denominado Circulo de Kraisau que consideraba que Hitler estaba llevando al país a la ruina y junto sus camaradas readapto el “Plan Valquiria” para acabar con el pintor austriaco y sus acólitos más cercanos como Heinrich Himmler o Joseph Goebbels.
El 20 de Julio de 1944, hace 78 años, Stauffenberg
realizo el acto que lo hizo famoso ante la historia al introducir en una de las
muchas reuniones que Hitler realizó durante la guerra en su reducto prusiano,
la Guarida del Lobo (en alemán: Wolfsschanze) un maletín lleno de explosivos,
que por desgracia no pudo colocar cerca del tirano, el cual a pesar de sufrir
grandes heridas salió vivo e ileso de aquello.
Pensando que su plan había triunfado rápidamente nuestro coronel se dirigió a Berlín para poner en marcha el Golpe de Estado contra el gobierno que había planeado con sus aliados, pero desgraciadamente todo se vino abajo a las horas después descubrir que el Führer estaba vivito y coleando.
Tras esto el general y traidor a los conspiradores Friedrich
Fromm detuvo a Stauffenberg y a los suyos, entregándolos raudamente a las SS de
Himmler quienes le fusilaron junto sus dos compañeros, el teniente von Haeften
y Mertz von Quirnheim.
Antes de ser asesinado el 21 de Julio de 1944, hoy hace 78 años, sus últimas palabras fueron: “¡Larga vida a la Sagrada Alemania!”, su familia fue detenida por la Gestapo hasta que fueron liberados por los americanos en Franken, en abril de 1945 cuando el régimen colapsó.
Hoy en día su tanto su figura como la de sus aliados y compañeros en el atentando son honoradas en la actual Alemania.
- El Novel Eterno, 21/07/2022.
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LA MARCHA SOBRE ROMA, EL DÍA QUE EL FASCIMO LLEGO AL PODER.
LA MARCIA SUR ROMA, IL GORNO
QUEL FASCISMO PRENDE IL PODER.
Abro los ojos, el dolor de cabeza es insoportable, parpadeo, mi vista fija la mirada en el teclado y la pantalla de ordenador que se encuentran frente a mí. Giro la cabeza, miro a los lados tratando de contemplar el lugar donde me encuentro, gris, opaco, vacío. O eso creo.
Rápidamente mi mirada se fija
en los dos hombres que se encuentran a mi lado, vestidos completamente de
negro. Seguidamente bajo la vista y veo mi cuerpo, maniatado a la silla gamer que utilizo para sentarme cuando
veo vídeos en el ordenador.
Al segundo vuelvo a alzar la
vista luego de escuchar un murmullo seguido de un leve pisotón. Frente a mí se
encuentra, custodiado por otros dos hombres completamente vestidos de negro, a
un nuevo individuo. Su complexión es alta y su cuerpo vigoroso parece que ha
sido entrenado en un gimnasio, sin embargo, denoto que por su apariencia no se
trata de un señor joven-para nada-me digo a mi mismo, para empezar, su rostro,
cuya barbilla prominente parece estar apuntando ligeramente a los cielos se
encuentra lleno de arrugas y su pelo es inexistente, de hecho, más pronto que
tarde me doy cuenta que está completamente calvo.
Al momento nos miramos, sus
ojos saltones, negros como su traje a lo estilo pingüino me miran de forma
penetrante. Raudamente a parto la vista y vuelvo a concentrarla en el
ordenador.
Pasado menos de un segundo veo
que el hombre realizo un movimiento con su barbilla a uno de sus compañeros
vestidos de negro, quien sin dilación desata mis manos de los apoyaderos de la
silla.
Petrificado, vuelvo a mirar al
extraño. “Me parece haberle visto en algún sitio” me digo mientras examino mis
liberadas manos y brazos. Rápidamente el hombre abre la boca
- Tú – dice, su voz es ronca.
Parece sacada de la ultratumba.
Alzó la mirada y le veo. Al
momento veo como uno de sus hombres le acercan una silla, en la que se sienta, colocándose
a mi lado.
Noto su aliento. Huele a perro
muerto.
- ¿Sabes quién soy? – me pregunta
al momento de hacer contacto de vuelta con mis ojos.
Asiento y digo su nombre
- Mussolini – le contesto. Sus
ojos brillan de felicidad, sonríe.
- Todavía no me han olvidado –
dice esbozando una sonrisa que me parece sacada del más monstruoso de los psicópatas.
- ¿Qué quieres de mí? – le pregunto.
No me lo creo, Mussolini, el dictador y fascista de Italia lleva años
muerto, “¿Cómo puede estar sentado a mi lado?” pienso
No importa, al instante el
tirano responde mi pregunta
- Simple, quiero que escribas
mi historia – confiesa. De repente la pantalla de mi ordenador se enciende,
puedo visualizar la pantalla de mi blog. Era el momento, enderezado y aún atado
por el pecho a mi asiento flexiono mis largos brazos y los acerco al teclado,
tocando las teclas, comenzando un nuevo texto.
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Buenas mis queridos followers,
¿Cómo os va la semana? Yo como tal me veo obligado a cortar sorpresivamente el “Mes
del Terror” para compartiros una noticia de sumo talante histórico, y es que
hoy, 27 de octubre de 2022, la ideología que se encuentra en boca de muchos.
El Fascismo, hoy tan descontextualizado y estéril comparado con su significado original, cumple 100 años. Y es que hoy, pero en 1922 sucedió la archiconocida “Marcha sobre Roma”, la cual llevo a los Fascistas al poder y como tal no puedo dejar pasar este aniversario en balde, así que si no os viene mal y deseáis saber más sobre esta palabra que hoy tanta gente usa como descalificativo (de manera bastante arbitral, por cierto) y su origen por favor seguir leyendo.
Como bien sabéis toda historia
tiene su origen, corría el año 1919 y el que fue hasta la fecha el conflicto
más sangriento de la historia, la Primera Guerra Mundial (1914-1918) había terminado
recientemente con la imposición de los diversos tratados que se llevaron a cabo
en Versalles, los cuales entre muchas cosas fueron el germen de que cierta
nación centroeuropea, años después volviera a prender la mecha para incendiar
al mundo en una guerra mundial, pero por ahora eso no nos compete.
Nos encontramos en Italia, una
de las naciones vencedoras del conflicto, la cual (a lo igual que en la guerra que
después sacudió al continente) si bien en un principio lucho junto las llamadas
“Potencias Centrales” (El Imperio Alemán de Guillermo II y la austro-Hungría de
Francisco José) no tardó mucho en cambiarse de bando, optando por los aliados
en 1915.
La nación se encontraba más
que emocionada puesto que como sucedía en aquella época con las naciones
ganadoras de las luchas y combates mundiales un gran motín les pertenecía,
Italia obtendría finalmente su dominio colonial en África, obteniendo no solo
la antigua Libia Otomana si no Etiopía, el Reino de Egipto y otras posesiones
coloniales en el explotado continente, pero no fue así.
Italia, una de las naciones que más sangre había derramado durante la contienda tan solo recibió Libia y Somalia. Los sueños de un Imperio colonial italiano estaban hechos trizas y como es normal la emoción nacional, más pronto que tarde se volvió ira, una ira que en esos días corrió como la pólvora, sobre todo entre aquellos que más habían sufrido durante la guerra, los veteranos, hombres los cuales volvían a casa totalmente cambiados, heridos, magullados o destrozados tanto física como psicológicamente.
Pero a su vez sus voces fueron escuchadas y en las tierras como Croacia cierto poeta italiano surrealista se alzó en armas creando el que posteriormente se conocería como el primer “estado fascista” de la historia en Carnaro, Fiume seria por como seria conocido.
Pero esta intentona de rebeldía
fue raudamente sofocada por las fuerzas policiales del Reino, el cual junto
Alemania era una de las naciones más jóvenes de la historia en aquellos
tiempos.
Como iba diciendo, el fallido intento
perpetrado por Gabriele D´Annunzio (Pescara, Italia, 12 de marzo de 1863-Gardone, Italia, 1 de marzo de 1938), uno de los poetas más prolíferos de su
tiempo, salió totalmente malparado. Pero D´Annunzio no fue el único hombre que trataría
de concentrar el odio de los militares y traicionados veteranos (quienes hablaban
de la victoria italiana como una “victoria mutilada”).
En Milán, durante ese año un extraño caballero, un ex–socialista que debido a diferencias ideologías había abandonado el PSI (el Partido Socialista Italiano), dueño de un periódico que por aquel entonces solo leían cuatro mataos (como mi blog) encandilo a las masas de soldados a quienes instigo a ser parte de su movimiento para recuperar el honor de Italia.
Ese hombre (para los que todavía
no lo hayan adivinado) no era otro que Benito Mussolini, futuro dictador italiano
quien sembró un Reino de Terror en el país por veinte largos años antes de ser
apuñalado, como si fuese Julio César, por sus más allegados.
Pero no adelantemos los
eventos.
En aquella época, quien se autoproclamaría
“Il Duce” (el Guía o Líder) de Italia no era más que un desconocido, un
mujeriego empedernido que había conquistado a miles de amantes (se dice que
Mussolini se llevó a la cama a muchas, muchas mujeres y engendro varios hijos
bastardos,) y que ahora se comprometía a conquistar a su gran número de oyentes.
Ese día nació el denominado “Fasci
Italini di Combatimentto”, (en español: Fasces Italianos de Combate),
quienes fueron precursores del Partido Nacional Fascista en 1921.
Sea como fuese, el discurso, realizado el 23 de marzo de 1919 caló en la mente de los malheridos soldados quienes en los meses y años siguientes fueron engordando, desde todas las partes y confines de Italia el movimiento creado por el futuro dictador.
Pasan tres años, Mussolini, ya
líder del PNF (Partido Nacional Fascista) el partido político que gobernó Italia
desde 1922 hasta 1943 se asienta en Roma, la capital de la bella Italia, la
cual se encontraba, como más tarde se encontrarían naciones como Alemania o la
misma España de los años 30´s sumida en el caos y agitación más brutales. En
aquellos años podían olerse aires de no solo revolución, sino también de guerra
civilismo.
Como tal en aquellos tiempos
el gobierno liberal de Luigi Facta trató hacer todo lo posible para que el caos
no se expandiera por Italia, sin embargo, lo que le sucedió a su frágil gobierno,
auspiciado por el Rey Víctor Manuel III, sí que no pudo detenerlo.
Fue una mañana de un día como
hoy hace 100 años que Mussolini convoco una reunión de sus camisas negras de
nuevo en Milán, donde hace tres años había comenzado a dar vida a su movimiento
antiparlamentario y antidemocrático, exclamando:
“Os digo con toda claridad, o se nos entrega
el gobierno o lo tomaremos machando sobre Roma”
Sus camaradas no tardaron en
contestar y en pocas horas Camisas Negras de todos los confines de la patria
llenaban la capital marchando con sus estandartes, el Facio, y como no la
bandera patria. Lo que en unas primeras horas había sido una mera concentración
política como cada día se convirtió en una manifestación impresionante, donde
veinte y siete mil personas tomaron los edificios públicos y la calle.
Ante tal marrón Facta, el
Primer Ministro trató de hablar con el Rey para que detuviera el suceso, para
que mandara al ejército a sofocar a los manifestantes, pero era demasiado
tarde, el Rey ya había tomado bando.
Cuatro días después, el 30 de
octubre la Marcha sobre Roma se dio por concluida y Mussolini fue llamado por
el Rey para ofrecerle la misión de formar un nuevo gobierno tras la destitución
del parlamentarista Facta.
Había llegado al
trono y no lo dejaría en mucho tiempo.
Como tal la historia ya nos la
sabemos, en 1924, Italia tuvo las que serían sus últimas elecciones, en donde
los Fascistas ganaron por goleada, imponiendo un régimen de terror que se cobró
la vida de miles de sus contrincantes políticos, entre los que destaca
Matteoti, un socialista asesinado por levantar la voz contra “Il Duce” de
Italia, la cual se sumó en un sueño irrendentista y expansionista.
En los años 30´s Italia
invadió Etiopia, saliendo así de la Sociedad de Naciones (la OTAN de la época
surgida tras la Gran Guerra) y más tarde, en 1938 se alió con los
Nacionalsocialistas Alemanes formando parte de las que posteriormente serian
conocidas como “Potencias del Eje” o el Pacto “Roberto” (Roma-Berlín-Tokio).
Como conocemos en 1940
Mussolini, viendo que el Reich de Hitler había invadido Francia y parecía que
todo contaba con que ellos ganarían la guerra se sumó a la fiesta, declarándole
la guerra a las Potencias Aliadas lideradas por Gran Bretaña y posteriormente
por Estados Unidos.
El desastre fue inimaginable y
Mussolini, como suele sucederle a aquellos líderes incompetentes fue apartado
de su propio partido, el 25 de julio, el Gran Consejo Fascista se reunía para
expulsar a Mussolini de su cargo y destituirlo, pero esta no fue la última risa
del Duce, quien tras ser salvado por su amigo nazi de su reclusión en los Alpes
volvió a tomar el poder, esta vez de un gobierno artificial ubicado en el Norte
de Italia (que ya estaba siendo Invadida por las tropas Anglo-Estadounidenses)
la República de Saló o la República Social Italiana fue el último reino del
monstruo italiano quien más pronto que tarde efectuó una rápida y cruel
venganza contra quienes lo habían destituido.
En 1944 asesino a su yerno y
marido de su hija favorita, el Conde Ciano. Pero sin embargo estos eran las
últimas pataletas del miembro más incompetente del Eje, quien, en 1945, viendo
que ya no quedaba nada más que perder decidió marcharse, cruzando los Alpes,
tratando de esconderse en Suiza junto su amante, Clara Petacci.
Pero poco les duro el viaje, Mussolini fue encontrado y fusilado por grupos de partisanos antifascistas el 28 de abril de 1945, con tan solo sesenta y un años, y como todos sabemos tanto su cuerpo como el de su amante fueron colgados boca abajo en una gasolinera en Milán, donde fueron vapuleados hasta el hartazgo.
Italia, tras esto se convirtió
en una República, sistema que hasta día de hoy sigue manteniendo, y logro
levantar cabeza convirtiéndose en uno de los muchos países que hoy componen la
Unión Europea.
Sin embargo, el fantasma del
fascismo no parece haberse marchado del todo y no lo digo por la nueva Primera
Ministra, la Señorita Meloni, sino porque cada día son más los expertos de
Twitter quienes humillan, descalifican y atacan a todo aquel (sea de su ideología
o contrario) aunque sea un poco no compagina con sus ideas, demostrando que,
como suele decirse, el fascismo no parece haberse ido del todo.
- El Novel Eterno, 27/10/2022.
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THE INNER CIRCLE: UNA VIVISECCIÓN DEL RÉGIMEN ESTALINISTA.
Внутренний круг: вивисекция сталинского режима
Rusia es un país fascinante. Y no, no digo esto en pos de ofender a nadie o ninguna persona que como yo está viendo la terrible guerra que se está fraguando y sufriendo entre Rusia y Ucrania.
Nos encontramos en los albores de una nueva Guerra Fría (en verdad la anterior Guerra, la que culminó con la caída del Comunismo Soviético nunca acabo si se me pregunta) entre los omnipotentes Estados Unidos de América y sus dos nuevos rivales, Rusia, su vieja enemiga, y China, el nuevo coloso que desea imponer su tiranía en el mundo.
Sé que empezar mencionando la actualidad puede tirar para atrás la elección de leer esta entrada, la cual coincide con un hecho histórico sumamente importante y que está relacionada con la actual Rusia. Es por eso que he comentado que es un país fascinante, no solo por su cultura o difícil idioma (al cual siempre he estado atraído junto al alemán) si no por su historia, que hoy (mejor dicho, mañana porque yo estoy escribiendo esto el 4 de marzo) seguramente ha resonado no solo en los telediarios (con una mención escueta) si no en muchas cuentas, que, como la mía, se dedican vivamente a la historia.
Ese evento de suma importancia y el cual seguramente a abierto comparaciones tediosas con el actual ejecutivo y líder de Rusia, el Presidente Vladímir Putin (amado por unos, odiado por muchos otros) no es otro que el fallecimiento de otro líder del coloso eslavo, que hoy cumple nada más y nada menos que setenta años.
Para los más avispados, saben bien de quien estoy hablando.
Y es que hoy, hace setenta años, un 5 de marzo de 1953 dejaba el mundo lósif Vissariónovich Dzhugashvili mucho mejor conocido por su seudónimo y apodo, Stalin. El Hombre de Acero. Y es que el líder soviético, nacido en Gori, un pueblecito de la minúscula Georgia, un 21 de diciembre de 1878 fue uno de los políticos y dirigentes más importantes del pasado siglo, siendo parte importante en las negociaciones que dieron luz al mundo posterior nacido tras la Segunda Guerra Mundial (1939-1945).
Stalin, también fue un tirano, un déspota y un asesino sin escrúpulos, que a lo igual que Hitler sufría de una megalomanía cuasi mesiánica. Si en el caso del Pintor Austriaco se estaba tratando (según el propio Führer) liberar al mundo de la tiranía judeo-masónica e imponer la limpia y sana raza aria en Europa, Stalin pensaba que él, como sucesor de Vladimir Ilich Ulianov, mejor conocido como Lenin (22 de abril de 1870-21 de enero de 1924) estaba llevando a la humanidad al futuro, un futuro socialista, en donde todos los proletarios del mundo se mantendrían unidos bajo la bandera de la clase obrera, que no era otra que la Soviética.
Stalin, por muy defensor de la doctrina de “Socialismo en un solo país” se volvió en el Emperador de media Europa al término de la que hasta la fecha es y será por mucho tiempo (y Dios quiera que nunca deje de serlo) la guerra más cruel, sangrienta y devastadora sufrida en la historia de la humanidad.
Pero volviendo a nuestro protagonista. Stalin logro, luego del fin de la guerra expandir las fronteras de su patria, la ya extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (en ruso: Союз Советских Социалистических Республик) abreviada URSS (CCCP), por mitad del actual continente europeo, evento el cual más tarde el Primer Ministro Británico Winston Churchill (Palacio Blenheim, Reino Unido, 30 de noviembre de 1874-Kensigton, Londres, 24 de enero de 1965) señalaría como: “La Caída de un Telón de Acero”. Un Telón, que, si se me permite añadir, se hizo real con el alzamiento del muro de Berlín, al cual el gran Nino Bravo dedico su canción: “Libre”, para cuando este se alzó Stalin lleva muerto ocho años, pero su legado ya había sido mancillado por su sucesor, el inteligente y bromista Nikita Jruschev, quien al maldecir a Stalin se quitaba gran parte de su responsabilidad en las Purgas y represión sufrida durante los años 30´s en el estado socialista.
Es en este periodo, más concretamente a finales de 1939 que se emplaza la película la cual vengo a reseñar (y a comentar) hoy, durante el aniversario del ocaso de una de las bestias más crueles del siglo pasado.
Y es que la película “The Inner Circle” (En español: El Circulo del poder) del director ruso Andréi Konchalovski (Moscú, Rusia, 20 de agosto de 1937) nos sitúa en un momento histórico sumamente duro para el mundo y en menor medida para Rusia.
Como antes he comentado la película nos sitúa en la Moscú de 1939, la cual al contrario que el resto de capitales, azotadas por la guerra y la destrucción, se encuentra pacíficamente ordenada, adornada por las estatuas de esbeltos obreros que representan el triunfo del progresismo, del Socialismo y del futuro Comunismo al que se aspira.
Es aquí, en la Moscú de los años más peliagudos de la era estalinista, en donde los traidores abundan por todos lados (tanto exteriormente como dentro del estado soviético) y la paranoia junto las inesperadas redadas de la KGB, la aterradora policía soviética secreta (que nada tenía que envidiarle a las SS) son el pan nuestro de cada día.
Pero eso no logra vislumbrarlo nuestro protagonista, el ingenuo e idealista Ivan Sanshin (Interpretado por Tom Hulce) cuyo trabajo en las oficinas de la anteriormente citada KGB es proyectar las películas y obras propagandísticas ideadas por el régimen que alaba. Y es que Sanshin, a lo igual que muchos Comunistas modernos, y también de la época, está enamorado de nuestro georgiano de bigotes insecticos (y no digo esto yo, sino un poeta que fue reprimido durante este turbulento periodo). Incluso es tan grande su amor que quita un retrato del que para él es “Uno de los héroes del Socialismo” Kliment Voroshílov (Lugansk, Ucrania, 4 de febrero de 1881-Moscú, 2 de diciembre de 1969) sustituyéndolo por el del gran y amoroso Stalin.
La cinta nos presenta también a la que en los primeros minutos de la historia es la mujer de nuestro ingenuo proyeccionista. Anastasia (Interpretada por Lolita Davidovich) una mujer dulce y llena de humanidad, una campesina que llega a la gran ciudad enamorada y que a lo largo de la película se jugara el pellejo por una niña, una pequeña hija de traidores a la patria soviética. Katya (Interpretada por Bess Meyer) cuya historia, paralela a la de Sanshin y su esposa dejará el corazón desgarrado a más de uno viendo la soledad en la que muchos niños soviéticos, cuyos padres eran arrestados, vivían, siendo dejados en centros de acogida, orfanatos (ubicados en iglesias derruidas por el nuevo régimen) en donde se les trataba con una rectitud cuasi militar.
Como antes he escrito estos tres personajes serán el centro de la obra, estrenada en nuestro país un 28 de febrero de 1992 (mismo día en que Stalin, resguardado en su dacha en Kúnstevo, a las afueras de Moscú, sufrió una apoplejía que lo dejaría agonizando por cuatro días de terrible sufrimiento y dolor)
Por un lado, la paupérrima y dificultosa vida de Sanshin se verá sumamente mejorada al acceder, sin quererlo ni beberlo, a su amado líder. Y es que una noche la KGB se lo llevará a él, pero no para asesinarlo en algún oscuro sótano o celda, no, lo llevaran directamente al Kremlin, en donde se convertirá en el proyeccionista de Stalin y su sequito formado por Gueorgi Malenkov, quien más tarde sería su sucesor (Interpretado por Valentin Cheryakov), Viacheslav Molotov (Interpretado por Viktor Balabanov), Mijaíl Kalinin (Interpretado por Viktor Uralskiy), Lazár Kaganóvich (Interpretado por) y el temido jefe de la policía secreta, Lavrenty Beria, (Interpretado por Bob Hoskins). Sequito, el cual veremos pose sus propios intereses y conspiran uno contra otros con el objetivo de ver la luz de un nuevo amanecer.
Es junto a estos y en este ambiente de conspiraciones y paranoia que pasaremos por los sucesos más importantes del régimen estalinista, el cumpleaños número sesenta y dos de Stalin, el inicio de la Operación Barbarroja el 22 de junio de 1941 y la Muerte del mismo dictador soviético, quien tras, como antes he comentado, cuatro días de agonía, daba un último aliento el 5 de marzo de 1953, fecha en la cual la historia nos ofrece su conclusión.
Para ese año Sanshin es un hombre cambiado, su esposa (atención Spoilers) ya no está con él, debido a que se ha suicidado tras pasar dos años siendo la concubina de Beria, conocido por violar a las mujeres de sus amigos y a niñas que, además, si se resistían eran estranguladas y escondidas en su jardín. (o al menos eso dice la leyenda)
Es en ese momento de soledad, no solo sexual, si no afectiva, ya que Sanshin pierde la fe y el amor por Stalin debido a la muerte de su esposa, que Katya, ya de diecisiete años regresa para verlo. Y es que el vínculo que su esposa y la niña formaron es algo que no desaparece y que nuestro protagonista se ve forzado a continuar, primero de manera desganada, luego de forma desesperada al ver a la niña junto la multitud, el día de funeral del querido Stalin, 9 de marzo de 1953, en donde ciento cincuenta hombres, mujeres, ancianos y niños murieron pisoteados ante la impaciencia de muchos que querían ver por última vez al querido “Padre de los Pueblos”, a su líder, a su amo, a su tirano y destructor de sus vidas y libertades.
Es en la escena final donde la frialdad de Sanshin hacia Katya muere, abalanzándose a la muchedumbre para salvar a la niña, quien llorando exclama: “Quien va a quererme ahora, quien va a protegerme ahora que Stalin ha muerto.” La escena culmina con Sanshin abrazándola en el suelo diciéndole las palabras que Anastasia, su difunta esposa, hubiera deseado oír de él, la vez en la que los servicios de acogida Soviéticos se llevaron a la niña.
“Yo te cuidaré, yo seré tú papá, vendrás a casa y todo estará bien.”
Finalmente, la voz de Anastasia se escucha de fondo volviendo a cuestionar a su marido: “¿Ha quien amas más?, ¿A Stalin o a mí?”. Sanshin en verdad había respondido antes a la pregunta, a mitad de la cinta, Stalin era su amor, era su vida, era el ángel que custodiaba a la patria y sus vidas. Pero con su muerte el hechizo del monstruo se había roto y Sanshin, admite que su verdadero amor, su verdadero ángel era Anastasia.
La cinta, para ir acabando con este escueto comentario, nos muestra no solo una historia política llena de conspiraciones y dramas, sino también una de amor, de amor hacia la verdad y hacía una libertad que solo se encontró el día de navidad de 1991, cuando la bandera soviética fue desanclada y la bandera de una Rusia humana, más justa y libre se alzó. O al menos esa era la idea inicial de aquel proyecto que es la actual Federación Rusa.
Pero eso, como se suele decir, es otra historia.
Recomendada para todo amante o deseoso de conocer la historia de la Unión Soviética o aquellos que como Sanshin estén ciegos de corazón.
- El Novel Eterno, 5/03/2023.
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Napoleón: Amor y Guerra a partes iguales:
Sé que llevo mucho sin pasarme por estos lares. Y es que si os soy sinceros cada vez tengo menos tiempo para ponerme a escribir. Nuevamente me encuentro en un momento saturado, no por temas personales, si no por temas de la carrera que me hace cada vez tener menos tiempo para escribir como hacer algún que otro vídeo en mi canal de YouTube, el cual os aliento a echar un vistacito y a suscribiros (que es gratis y así me ayudáis con el feedback).
Sea como sea, el destino o, mejor dicho, el cine nos vuelve a reunir. Sé que debería haber realizado el especial del “Mes del Terror” y haber reseñado alguna que otra buena cinta, pero como escribo párrafos más arriba las circunstancias me han sido imposibles. No obstante, como os iba diciendo me vuelvo a poner a escribir ya no solo por necesidad (dicen que todo escritor necesita escribir constantemente en la vida), sino porque deseo hablaros de esa cosa que tanto me fascina y que, sin embargo, no pudo hablaros en mi canal de YouTube (al menos directamente): ¡La Historia!
Y es que está vez nos marchamos a 1793 al país vecino, Francia, para degustar una de las obras del séptimo arte que, a pesar del cumulo de críticas negativas que está recibiendo siendo la “decepción” del año, nos habla de uno de los personajes históricos que más fascina a la gente y a la humanidad en general y que el mismo paso del tiempo a colocado a la par de estrategas como lo fueron Julio César (muy vivo gracias a las obras de Santiago Posteguillo) o Alejandro Magno.
En efecto, como sabéis os hablo de Napoleón Bonaparte nacido en Ajaccio, Córcega, el 15 de agosto de 1769 y quien durante doce años llevo a Europa a enfrentarse entre ella durante el periodo histórico conocido como “Guerras Napoleónicas”, las cuales, dicho sea de paso, se iniciaron mucho antes de que Napoleón fuera altamente conocido por la sociedad francesa y llegará hasta proclamarse el Imperio Napoleónico el cual gobernó y expandió invadiendo, entre otras naciones ya extintas, la patria España en la que fue uno de los actos de lucha más heroicos de los españoles: La Guerra de Independencia.
Si bien no es una clase de historia lo que quiero realizar en esta reseña tengo que poner, como coloquialmente se dice, algunos puntos sobre las íes, y es que para empezar algo de contexto.
Como antes he dicho nos encontramos en 1793, la cinta inicia con la ejecución de una de las mujeres que, a la postre, ha sido burdamente difamada pero que, gracias a la historiografía más moderna ha sido rescatada y limpiada de la morralla que se le atribuyo. La hermosa Marie Antonieta, esposa de Luis XVI de Francia. Y es que en ese año el que se conocería como “El Terror” liderado por figuras como Maximilien Robespierre (Arrás, Reino de Francia, 6 de mayo de 1758-París, República Francesa, 28 de julio de 1794), Georges-Jacques Dantón (Arcis-sur-Aube, Reino de Francia, 26 de octubre de 1759-París, Primera República, 5 de abril de 1794), héroe del 10 de agosto quien sería guillotinado posteriormente en el comité de salud pública que lidero la primera república francesa durante este periodo, el bello Saint-Just “El Ángel del Terror”, (Decize, Reino de Francia, 25 de agosto de 1767-París, Primera República, 28 de julio de 1794) o Jean Paul Marat (a quien apodo cariñosamente el “Goebbels” francés), (Boudry, Suiza, 24 de mayo de 1743-París, Primera República, 13 de julio de 1793), se pasaron de rosca guillotinando a cualquier “reaccionario” que deseara detener el avance de la revolución alimentada por las ideas ilustradas de gentes como John Locke (padre del liberalismo económico y político) o Rousseau y su contrato social el cual sirvió como base a los “Derechos del Hombre y del Ciudadano” (en francés: Déclaration des Droits de l´home et du Citoyen) que los mismos revolucionarios (los jacobinos, es decir, el ala izquierda de los que se sentaban en el Parlamento francés) no dudaron de saltarse cuando lo vieron oportuno.
Sin saber mucho del periodo (yo tampoco soy un experto, aunque me fascina saber más y más de este periodo) podéis haceros una idea de lo que fue. Ejecuciones a mansalva, conspiraciones políticas, una guerra de por medio (la que los propios revolucionarios declararon a las potencias del Antiguo Régimen, en concreto a Austria) y el advenimiento y caída del que en mi opinión es el primer dictador del mundo moderno y de la historia: el antes citado Robespierre. Quien fue detenido la noche del 27 de julio de 1794 (o para la época, porque también se cambió, entre muchas cosas, el calendario francés: 9 de termidor) y guillotinado junto sus colaboradores al día siguiente.
Ya hecho este pequeño repaso por la historia de la Francia de la época (la cual vemos de manera muy escueta) os preguntaréis, "vale Novel, ¿Pero de qué va esto?, ¿De qué o, mejor dicho, DE QUIÉN nos habla la película?"
Pues bien, la película en si podría decirse que es un biopic, es decir, una biografía hecha película, de Napoleón Bonaparte (quien es interpretado por el galardonado actor y excepcional; Joaquín Phoenix), militar, estratega y político de origen corso (su familia luchó por la independencia de la isla en la que nació tanto el cómo sus hermanos) que destaco por su excelsa carrera en Francia y quien, como se ve en la película, llegaría a ser el hombre que acabaría matando a la misma revolución. Y es que Bonaparte, si por algo es conocido, es por coronarse a sí mismo como el “Emperador” de los franceses, marcándose un Augusto que da gusto (disculpad el pareado) y que extirpo del imaginario francés (por unos años) las ideas de: igualdad, libertad y fraternidad que la revolución trajo al mundo.
Sin embargo deciros esto sería faltar a la verdad de lo que viene a decirnos la cinta, ya que no solo se centra en la vida del que a posteriori fue conocido como “El Gran Corso”, ya que la cinta se toma su tiempo (y también trama) en hablarnos de la relación que tuvo con su primera mujer; Josefina de Beauharnais (Les-Trois-Illets, Reino de Francia, 23 de junio de 1763-Rueil-Malmaison, 29 de mayo de 1814), quien fue la mujer más amada por Napoleón (algo que podemos ver en la cinta mediante fragmentos no solamente de escenas de sexo, si no por diálogos que dejan a luz a una relación tóxica la mar de peculiar y que, a falta de conocimiento histórico no pienso decir si fue verdad o no) y por la que se dice “fue a la guerra”.
Y es que, además la cinta sobresale por sobre todo ser una cinta bélica que no se corta ni un pelo (y fijaros que me he visto películas bélicas, como 1917, la cual le dedicaré una entrada en el futuro) y es que entre las grandes batallas que nos muestra la cinta dirigida por uno de los titanes y maestros del cine, Ridley Scott (South Shields, Reino Unido, 30 de noviembre de 1937), creador de la también fenomenal “Gladiator” a la cual guardo una relación sumamente especial, podemos ver, por mencionarlas: Austerlitz, Tolón (que fue la primera batalla por la que Napoleón destaco por ser un gran estratega), la fallida invasión a Rusia (que Hitler repetiría tan solo 179 años después que el corso) o Waterloo, la cual fue la batalla que sentenció a Napoleón a pasar el resto de su vida en el exilio en la Isla de Santa Elena, donde acabaría falleciendo un 5 de mayo de 1821 debido a un cáncer estomacal (aunque muchos dicen que pudo ser envenenado lentamente).
Habiéndoos dicho esto mucho diréis: "Joder, Novel, pinta de maravilla." Y es que al menos a mí sí que me ha gustado la cinta a pesar de que, como toda obra de ficción, tiene sus añadiduras.
Sin embargo, por lo que parece el gran público opina todo lo contraria, ya que en muchas páginas webs y canales de internet muchos la han acuñado como el “Napomojón” o “Bodrio del año”. Y es que, permítaseme decir que, aunque es verdad que tiene sus licencias y muestra bastante poco (por ejemplo, no se habla en ningún momento de la Guerra de Independencia que fue la primera derrota de Napoleón en la Batalla de Bailén) la cinta es sumamente disfrutable y como todo drama histórico no escatima en violencia y en escenas dramáticas plasmadas, como antes he dicho, en la relación entre Josefina y el emperador de los franceses.
- El Novel Eterno, 3 de diciembre de 2023.
Ante todo una aclaración antes de que muchos se pongan a escribir barbaridades u obsenidades, NO SOY NAZI, ni mucho menos defiendo las ideas Nacionalsocialistas y racistas de Hitler y los suyos. Esto es una reseña y trabajo de investigación donde hablo de una película y personaje histórico de los cuales me parece interesantes el hablar.
ResponderEliminarGracias por leer.
Interesante y curioso todo!
ResponderEliminarPor cierto, estoy pasando a vídeo un documental que habla sobre las enfermedades que tuvo Hitler antes de fallecer. En cuanto lo suba a mi canal de YT, pasaré el enlace.
Muchas gracias Tocayo, esperare ese vídeo con ansias. Si necesitas Información al respecto del personaje ten por seguro que te la daré. No soy un experto, pero si un curioso.
EliminarQué estupendo artículo de historia. Qué documentación. Felicidades
ResponderEliminarMil gracias, le recomiendo encarecidamente visionar la película que he comentado en este Post tanto toda la obra cinematografíca de Sokúrov. Es un gran director y es una pena que el mundo Occidental tan sesgado ahora con esto de la Guerra de Ucrania condene a todo el pueblo Ruso. Un abrazo y gracias por leer.
EliminarFinalmente, no lo he podido subir a YouTube, porque me saltaba el copyright de National Geographic.
ResponderEliminarLo tengo que pasar como archivo de Google Drive.
Enlace directo: https://bit.ly/Hitler_elAdicto
En el momento en que publico este comentario, el vídeo no está disponible (todavía) debido a que se está procesando, ya que ocupa 2,18GB.
Mierda, si eso Tocayo pasamelo por Drive. Tratá de ponerle a lo mejor una marca de agua o tapar el logo de NG. Como sea, lo dicho, pasamelo si puedes, ya sabes mi correo.
EliminarCuriosamente mis amados followers me he dejado una historia en el tintero y es que existe también una leyenda que habla de una corona que se encuentra (o mejor dicho se encontraba) en el castillo de Praga que he mencionado durante el escrito la cual, según decían quien se la pusiera en la cabeza moriría al año siguiente. Pues bien, resulta que en 1941 Heydrich como explico llegó allí...¿y sabéis lo que hizo con esa corona?, ponérsela en la cabeza.
ResponderEliminarMuy interesantes biografías, de estos singulares personajes históricos (tanto odiados como idolatrados por mucha gente).
ResponderEliminarMe ha gustado aprender sobre sus vidas, sin duda estos relatos parecen dignos para un documental de la 2 que siempre echan a la hora de la siesta XD
Ya ves.Últimamente la 2 esta mejorando en programación, aunque muchos canales de Youtube están mostrando mejores cosas y documentos histórico-visuales que las cadenas televisivas, es la decadencia actual de aquel mundillo. Pero vamos, fuera de eso me alegra, iré posteando más con el tiempo. Un abrazo.
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