THERE WILL BE BLOOD: EL SUEÑO
AMERICANO
DECONSTRUIDO.
No soy mucho de ver por
segunda o tercera vez una cinta.
Me gusta quedarme con lo que se conoce como “primeras impresiones”, aquellas emociones y pareceres que te ha dejado el primer visionado. Después de ello voy corriendo a Word, escribo una reseña (como la que estás leyendo) y luego lo subo a mi blog para compartirlo con la gente que me lee.
Sin embargo, hay películas que necesariamente necesitan un segundo visionado. No porque no se entiendan a la primera, sino porque la sutileza con la que son creadas así lo amerita.
Desde las obras de Quentin
Tarantino (mi director favorito por excelencia) hasta el emocionalmente
complejo cine japonés pasando como no por el realista y descarnado cine ruso se
han realizado grandes películas (no cito a Bollywood porque en mi opinión es
más bodrio que cine)
Pero volviendo al tema que del
que me concierne hablaros, como os digo, muchas
películas son geniales, preciosas,
llenas de tiros, sangre y acción trepidante y grandes diálogos,
pero son eso. Buenas cintas que ves
una vez y listo, que disfrutas y seguramente se te quedan por siempre en la
retina. Pero no son obras complejas, llenas de sutilezas y detalles que, cada
vez que se ven, ofrecen una perspectiva mucho más profunda de los personajes e
historia que narra (el cine es como un libro salvo que gravado).
Así pues, para celebrar el primer aniversario de mi página web que hoy cumple un añito vengo no a hacer una crítica al unísono de una cinta cualquiera, sino de una cinta muy especial. Una que se lanzó allá por el año 2007 (cuando un servidor tenía tres añitos) y la cual, en su época, le hizo ganarse un Óscar a su actor principal. El trepidante y ya jubilado Daniel-Day Lewis, conocido por películas como “Gangs of New York” del 2002, “El último de los Mohicanos” de 1992 o la increíble biografía de uno de los mejores presidentes de los Estados Unidos, “Lincoln” del 2012.
Como vemos, muchas son las cintas en las que este reconocido actor ha actuado.
Pero ninguna de ellas se
asemejará seguramente a la que encabeza el título de este especial de
cumpleaños de mi página web.
Y es que “There Will Be Blood” (En español: Pozos de ambición o como se
tradujo en Hispanoamérica: Petróleo Sangriento) película realizada por el
afamado (y para mi desconocido) Paul
Thomas Anderson (26 de enero de 1970, Los Ángeles, California) es todo menos aburrida, pretenciosa y violenta (en gran medida claro, porque si tiene sus escenas de
violencia psicológica y unas dos escenas de violencia física que dan para
hablar)
De hecho, podemos decir que es
una película que, pese a su ritmo lento
no dejará insatisfecho a ninguna persona que la visualice.
De manera analítica (y
comenzando la reseña/análisis que vengo a realizar) la película se encuentra dividida en tres partes.
La primera, la
cual podríamos llamar “el Prólogo” se encuentra dividida en dos años. 1898 y 1902 en donde veremos a nuestro
protagonista, Daniel Plainview
(Interpretado por el ya citado Daniel-Day Lewis) un ambicioso empresario
petrolero de la Estados Unidos de inicios del siglo XX, comenzará a hacer sus pinitos.
La segunda parte, la cual es la más extensa y es el “Nudo” de la historia se encuentra enteramente emplazada en el año 1911, en está veremos las andaduras de Daniel y su hijo H.W. (Interpretado por Dillon Freasierr) en el pequeño pueblecito de Little Boston en donde habita el enemigo número uno de nuestro protagonista, Eli Sunday (Interpretado por el titánico Paul Dano) un sacerdote de una de las muchas iglesias y parroquias de índole protestante que nacieron en el Estados Unidos de la época. La Iglesia de la Tercera Revelación, la cual alaba algo así como el poder de la sangre de Jesucristo y niega la “falacia” de la salvación universal.
Finalmente nos encontramos con
la última parte de la película,
establecida en el año 1927 en donde
nuestro protagonista, ahora multimillonario (y hasta con sirviente) vive
alejado del mundo recluido, como si se tratase de una especie de Conde Drácula,
en su mansión. En esta parte vemos la
destrucción total del personaje, su
avaricia y total decadencia. Así como el último ajuste de cuentas entre Daniel
y su archienemigo Eli.
Ahora que hemos puesto los
puntos sobre las íes dejadme deciros, como aviso, si es que una buena alma no
ha visto está cinta que salga ahora mismo del blog, que la busque en internet o
que vaya al cineclub de su ciudad/pueblo y la alquile.
Por favor, que se queden los
que han visto está película, porque si, de ahora en adelante hablaré de estas
tres partes y hablaré de ellas con spoilers.
Así que ya con todo dicho,
aquí vamos.
Como antes he escrito pienso
analizar la película manteniendo la anterior división explicada.
La cinta, comienza, como he escrito, en
el año 1898 en donde Plainview,
un cualquiera que se encuentra cavando en una mina en busca de diamantes los
cuales vender y poder sacarse una fortuna acaba
sus andaduras mineras gravemente herido,
con el pie izquierdo roto (el cual
le dejará una permanente cojera que veremos sublimemente en toda la cinta) pero
con una gran carga de diamantes y otros minerales los cuales, herido,
arrastrándose por el suelo lleva a través de un inmenso paramo desértico a
plena hora punta de sol.
El resultado, llega a la tesorería en donde vende los
trozos de diamante por unos pocos dólares.
Curiosa, de está parte, es ver
y darnos cuenta de dos cosas, la primera la
ambición presente en el personaje, cuya ansia por ganar y ganar dinero le
hace ser capaz de cosas tan inhumanas como aguantar, sin ayuda alguna, el sol a
hora punta y salir vivo del desierto (más tarde, en la cinta, veremos que hace
cosas mucho peores). La segunda, es mucho más sutil como he ido repitiendo a lo
largo de esta entrada. Y es que la firma
del personaje cambia respecto al final de la película. Esto puede darnos a
entender el desprecio a sus orígenes humildes y muchas otras cosas, como la
superioridad que ofrece el poder adquisitivo frente a otras personas menos
favorecidas monetariamente (no hace falta que os diga que There Will Be Blood
es una historia sobre ambición y dinero, ¿No?)
Avanzando vamos al año 1902, primeros añitos del siglo XX,
aquí Daniel ya no trabaja solo, sino con una ristra de compañeros con
los que ahora, no extrae minerales, si no que
buscan petróleo, un material muy preciado en la época (y el cual en la
nuestra ha sido material justificador de guerras salvajes y abusos inenarrables)
pero desgraciadamente sucede una
tragedia. Uno de sus compañeros
fallece tras sufrir un accidente. La tragedia podría quedarse ahí, pero es
mucho peor, ya que su socio ha dejado a
un bebe solo, es aquí que Plainview
se hará cargo del niño, a quien nombrará H.W. (¿siglas de Howard?) pero si
piensan que esto lo hace por mera caridad van mal encaminados.
Realizamos otro salto temporal
y ya nos encontramos en la parte con más chicha de la película. 1911.
Daniel y su hijo H.W. se
encuentran en un pueblecito en donde, parece ser, ha aparecido una gran
cantidad de petróleo.
En esta escena (la cual es
también el primer dialogo de la película) Plainview
tratará de convencer a los ciudadanos del pueblo porque es necesario que lo
contraten, haciéndose llamar así mismo un profesional que posee un negocio
“familiar” (ven ahora porque he dicho que no adopta a H.W. por mera compasión o
sentimiento paterno) y que no robará a los miembros del pueblo. Estos
confundidos discuten entre ellos y al ver que no hay lugar por donde meter la
mano (en este caso lo que sea que se utilice para extraer petróleo) decide marcharse junto su hijo de
vuelta a su oficina.
Es en este punto que recibe la visita, luego de tratar, no
sin antes de marcharse convencer al propietario del lugar en donde se ha
hallado petróleo (quien se niega), de un
joven muchacho. Paul Sunday (el
hermano mayor de Eli quien también es interpretado por Dano) quien dice haber encontrado petróleo en
su pueblo, Little Boston. En donde
ya alguna que otra compañía como Standard Oil y demás gente han ido arrendando
tierras para sacar beneficios.
Luego de escuchar a Sunday,
Plainview queda algo decepcionado. El
pueblo donde viene Paul es un lugar donde no crece ningún tipo de planta y donde el agua es salada. ¿Qué puede
encontrar en un lugar donde nada crece?
Sin embargo, llevado por esa
antes mencionada ambición se dirige a Little Boston, con su hijo, en donde conoce a los Sunday, propietarios de un ranchito a las
afueras del pueblo. Es aquí, en donde conoce a Abel, el patriarca de la familia (Interpretado por David Willis) y
a su enemigo, Eli quien más tarde comenzará a causarle problemas. Curiosa
es ver la reacción que Daniel tiene al verle, confundiéndole con Paul y arqueando
sus cejas, gesto que realizará más veces a lo largo de la cinta al encontrarse
con este personaje.
Luego de inspeccionar el
terreno de los Sunday y encontrar petróleo decide hacer la primera de las
jugarretas a la familia. Que es pagarles (según él) por las codornices que les
han dejado cazar que por el oro negro que han hallado y que se encuentra en el
zapato del hijo de Plainview.
Tras una cena Daniel le propone a Abel le venda su propiedad por unos cuantos dólares para que este pueda trabajar y “encontrar” si hay o no petróleo. Eli se niega y empieza a poner trabas contra Daniel. Es aquí donde nace en verdad la rivalidad entre ambos personajes. Uno cuestiona al otro y así constantemente en un juego dialectico que da para mucho como seguiré mencionando.
Finalmente, el problema se concluye con Abel vendiendo la propiedad, siempre y cuando cinco mil dólares vayan a la Iglesia de su hijo. Plainview acepta y luego de ir a una inmobiliaria compra los terrenos vírgenes del pueblecito trayendo a sus hombres y estableciendo allí grandes torres de extracción de petróleo. Nombrando una como la hija menor de la familia Sunday. Mary, quien además es maltratada por su religioso padre si no se pone a rezar (más tarde veremos que la religiosidad viene más por parte de Eli que por Abel).
Pero desgraciadamente otra tragedia sucede. Un día uno de los trabajadores muere.
La excusa perfecta para que Eli, quien antes de la inauguración había ido a
hablar con Plainview para pedirle el poder bendecir la torre, diga que es un castigo divino por no haberle dejado
bendecir el lugar.
Vemos también uno de los
sermones de Eli, quien es todo un seductor y carismático,
“expulsando” la artritis de una anciana mujer con sus “poderes” y bailando
enternecedoramente con ella luego de haberla “sanado”. Como le dice Plainview:
“Menudo espectáculo”.
Seguidamente, si esta primera tragedia ya no es para ponernos a pensar algo mucho peor pasa. La torre revienta y arde en llamas. Pero lo verdaderamente dramático no es solo esto. Si no que H.W. el hijo de Plainview queda sordo luego de este accidente al golpearse la cabeza con los maderos que mantenían en pie la torre. La cual arde toda la noche hasta el hartazgo.
Es aquí que, a pesar de que
H.W. se encuentre herido Daniel está
sumamente excitado. Lo vemos en la composición de la escena, en plena
noche, mientras la torre cae como una falla Plainview sonríe e incluso uno de
sus hombres, Fletcher le pregunta
por su hijo: “¿Está bien H.W.?” a lo que Daniel contesta sin perder la sonrisa:
“No”. Es aquí que Fletcher va con él niño dejando maravillarse a Daniel, quien
no es hasta bien alzado el sol que termina con la torre Mary.
Tras la desgracia y luego de
ver que su hijo está sordo Daniel tratará de buscarle un profesor especial
mientras su fama se vuelve más y más
grande por los Estados Unidos.
Es aquí que, si ya parecía que
éramos pocos, aparece el hermano perdido de Daniel, Henry (Interpretado por Kevin J. O´Connor) quien viene de Nuevo México tratando de
conseguir algo de trabajo luego de una mala vida en prisión luchando por ser
como su idolatrado hermano.
Sin embargo, H.W. detecta algo extraño en él y una
buena noche, mientras su padre está durmiendo prende fuego a la cama donde Henry duerme. Al despertarse Plainview
decide que su hijo, que además es sordo y trata con ello de decirle algo que
más tarde sabremos todos, debe irse. Y así hace.
A la mañana siguiente deja a su hijo en un tren rumbo a San
Francisco abandonándolo, no para castigarlo, sino
porque ve que no le renta más tener como
“compañero” a un travieso sordomudo.
Es aquí que, de ahora en
adelante Plainview presentará a Henry,
su hermano, como su socio, llegando
a hablar con los hombres de Standard Oil quienes movidos por las noticias de
los “mass media” deciden ir a hablar
con Plainview para ver si pueden comparar sus explotadas tierras.
Plainview, entonces, con su mentalidad de tiburón puesta a
todo nivel se niega, llegando a amenazar con matar a uno de los
hombres que habla con él, Tilford (Interpretado por David Warshofsky) quien
le recalca hasta tres veces que, de comprar las plantaciones petroleras de
Plainview este podrá dedicarse a pasar más tiempo con su hijo (quien ha
abandonado anteriormente). Esto, como vemos, enfurece al empresario, quien
decide marcharse a pasar el resto del día con su hermano, a quien le confiesa,
en un diálogo sumamente importante e interesante sus intereses: “No veo nada bueno en la gente que me rodea
solo quiero ganar lo necesario para aislarme” Es aquí que vemos la mentalidad psicopática de Plainview tan
clara como el agua. Un hombre que usa a
los demás para ganarse su confianza y quien, posteriormente, como un virus,
infecta el bolsillo del buen samaritano
para conseguir extraerle todo el dinero posible con el cual hacer su fortuna y
con el que espera abandonar la sociedad y normas morales que tanto detesta.
Continuando Plainview se da
cuenta que, de todos sus terrenos hay solo uno que no ha conseguido. Los de un tal William Bandy (Interpretado
por Hans Howes) quien para colmo se hace de esperar. Es en este momento, que, tras pasar tiempo con su hermano que
este, en verdad, no es otra cosa que un
farsante, alguien que ha venido a robarle y que como sucede pasar en la
mente de nuestro protagonista es: “Competencia”.
Así que, una noche, mientras Henry duerme Plainview se acerca
con una pistola en la mano. Es, después de un breve dialogo que Henry le
explica que el en verdad es un “don nadie” quien conoció a su hermano quien falleció de
tuberculosis sin poder conocerle, las palabras de Henry, sin embargo, le
son vagas a Plainview, quien tras
inmovilizarlo le dispara en la cabeza matándolo.
Tras enterrarlo Bandy aparece y este, quien sabe lo que
Plainview a cometido, le ofrece no
solo el silencio, si no el poder construir su deseado oleoducto que unirá costa
a costa si hace antes algo. Unirse a la
Iglesia de la Tercera Revelación y aceptar la sangre del cordero de Cristo.
Dicho y hecho.
“Habrá oleoducto” exclama Plainview
luego de recibir el agua bendita y bautizarse.
Igual de importante es el
mencionar que, durante la golpiza que Eli le propicia (obligándole a exclamar
su pecado: haber abandonado a su hijo) Daniel por lo bajo cuestiona a Eli con
preguntas tales como: “¿Dónde está tú Dios?”. Viendo claro el ateísmo y materialismo del personaje
(que curiosamente como empresario de bien capitalista no debería aceptar estos
postulados más propios del Marxismo).
Pero acabando con está parte
del análisis. H.W. vuelve, está vez acompañado por un profesor quien le
ayuda a adaptarse a sus necesidades. Y para recompensarle Daniel lo lleva a comer a un
restaurante el cual, sorpresivamente también es frecuentado por los miembros de Standard Oil y más aún por Tilford, a quien humilla y restriega en la cara que, no solo ha llegado a un acuerdo
con su competencia, Oil Union, si no que ha recuperado a su hijo, a quien da
besos y caricias volviendo a mostrarnos el utilitarismo
y manipulación a la que Plainview
logra llegar con tal de hacerse respetar ante una “Jet set” que no le hace ni
caso.
Finalmente llegamos a la
tercera y última parte de la película. 1927.
H.W. y Mary, la hija menor de los
Sunday, se casan.
Ese mismo día H.W. visita a su padre, quien ya vive en una mansión y quien se dedica a
cosas tan normales y poco estrafalarias como ponerse a disparar a las cabezas
de animales muertos de su casa o (está vez si es más normal) jugar a los bolos.
Para está parte podemos ver la deshumanización y total
aislamiento de Plainview. El dinero era una excusa para dejarle sacar su
verdadero ser, un hombre mezquino, arrogante y cruel, quien incluso llega a hacer lo peor que un padre adoptivo
puede hacerle a un hijo que cree que es suyo y, además, que le quiere y admira.
En un diálogo angustiante
entre H.W., Daniel y su profesor venido de San Francisco, Plainview le espeta a
su hijo: “Eres adoptado, Eres menos que un bastardo. Solo eres un bastardo que encontré metido
en una canasta” llegando a
repetírselo a gritos cuando H.W. se marcha. No sin antes derrotar a aquel
hombre que pensaba era su padre y a quien vino a visitar para informarle de que
se iba Nuevo México a tratar buscar petróleo y ser como él.
“Doy Gracias a Dios que no haya una pizca de ti en mi”.
Con esta derrota dialéctica Plainview decide emborracharse y dormir en
el suelo de su bolera. Pero si pensaba que el día y las visitas había
acabado la llevaba clara, ya que, al caer la noche, Eli, quien tras el final de la segunda parte había ido de misión a
esparcir su palabra, regresa a pedirle a
Plainview ayuda. Y es que históricamente la economía americana no estaba en
su mejor momento.
Eli, quien a pesar de estar en
plena época de la Ley Seca (la cual
concluyo en 1931) se sirve dos copitas (algo típico del poder eclesiástico
quien como primer estado junto políticos y ricachones creen poder saltarse las
normas) y le pide a su “viejo amigo”
Daniel que lo ayude en su economía.
Antes de esto vemos como de bien le ha ido la vida a Eli:
“He trabajado en la radio”. Sin embargo, luego
le vemos rogar y llorarle a Plainview para que extraiga petróleo de la
única tierra del Señor Bundy, fallecido con 99 años, que aún las máquinas de
Plainview no han exprimido.
Ilusoriamente Plainview le hace pensar que le ayudara,
no sin antes ofrecerle una condición, que
diga alto y claro que es un falso profeta y que Dios no existe.
Algo crispado, diciendo que
eso es mentira, Eli acepta a regañadientes y le vemos gritar lo que Plainview
le ha pedido: “Soy un falso profeta, Dios es una superstición”. Finalmente, tras humillarlo Plainview le dice que esta tierra ya está drenada.
Impactado Eli trata de
encontrarle explicación, pero Plainview, en
un despliegue de odio y aprovechando las plegarias y necesidades de Eli
decide humillarle de lo lindo con frases tan bonitas como:
“Tú no eras el elegido era
Paul, tú hermano”.
“Eres solo la placenta”.
O mi favorita: “¡Crees que tus
sermones y bailecitos te iban a salvar! ¡Yo soy la Tercera Revelación!. He
hecho lo que tú hermano no, te he destruido y vencido”.
Finalmente pasamos de la agresión verbal a la física y tras tratar de atacarlo con bolas de bol coge uno de los bolos y luego de lanzarle unos cuantos mientras intenta huir le ataca golpeándole fuertemente la cabeza hasta rompérsela. Acabando de esa manera con quien ha sido durante años su mayor rival.
Para ir concluyendo luego de
este exhaustivo análisis cabe solo mencionar lo obvio de esa obra, que no es
otra cosa que una crítica descarnada a
la religión y a la economía. Pilares
los cuales, básicamente, son, han sido y serán hasta que las élites se harten
(cosa que ya están haciendo secularizándolo todo) los pilares del control y en los que nacieron los Estados Unidos de
América. Viendo, de esta forma como el director critica las mentiras no solamente ya difamadas y desmentidas de los religiosos que como Eli van
predicando un sermón ya estudiado y tergiversado del que Cristo ofreció en
verdad a sus coetáneos (el de Amar y ser Amado) sino también al nuevo Dios que durante esta época
nació y que durante al nuestra se ha mantenido intacto, el Dios del Capitalismo, de la Economía más cruel y descarnada que
no tiene reparos en, como Plainview, usar, mentir y atacar a los demás con tal
de salir ganando y enriquecerse.
Un Dios, que, aunque material y tangible para la mente del pequeño humano, no ofrece valores, no ofrece respeto y más aún que solo está para crecer y crecer destruyendo a los demás.
Muchísimas gracias a todos por
este primer año en el que habéis tenido que aguantar mis disertaciones y
reseñas sobre todo tipo de obras y donde más aún, habéis tenido que soportar mi
inactividad y digerir todas las obras, tanto cinéfilas como literarias como en
el ámbito de los videojuegos que os he ido brindando y las cuales espero améis
tanto como yo.
Lo dicho, muchas gracias a
todos y hasta la reseña que viene.
- El Novel Eterno, 8/04/2023.